Guillermo; se podría trabajar conceptualmente sobre proyectos topograficos de eisenman por ejemplo.
EL PROYECTO DE EISENMAN Como una montaña mágica
El proyecto del estadounidense Peter Eisenman en Santiago de Compostela se inspira en la topografía de la zona. Es un enorme centro cultural de 75 mil metros cuadrados, con museos, auditorios y centros tecnológicos. Cuál fue la estrategia para diseñar el complejo arquitectónico.
PIEZAS DEL PAISAJE. LOS EDIFICIOS PARECEN FORMAS CORTADAS EN LA PIEDRA, CON LINEAS CURVADAS E IRREGULARES. Monte Gaiás —una colina de Santiago de Compostela, Galicia— se transformará en un grupo de edificios irregulares y curvilíneos, divididos por calles de pronunciada sinuosidad. Así puede vislumbrarse en las maquetas del proyecto conocido como la Ciudad de la Cultura de Galicia, creada por el arquitecto estadounidense Peter Eisenman.
Representa la herencia histórica del pasado y la Ciudad de la Cultura será un centro de comunicaciones donde convergen las tecnologías avanzadas con el arte.
De hecho, la sala de Conciertos Kursaal —de Rafael Moneo, en San Sebastián— y el Museo Guggenheim —de Frank Gehry, en Bilbao— funcionaron como antecedentes directos para la creación de la Ciudad de la Cultura. "Manuel Fraga, el presidente de Galicia, vio el impacto de esos proyectos y quiso que su ciudad progrese de una manera similar", cuenta Peter Eisenman.
El mérito del arquitecto consistió en la sagaz interpretación del programa propuesto para el concurso internacional que, en 1999, convocó el Departamento de Cultura, Comunicación Social y Turismo de la Junta de Galicia. Allí participaron otros arquitectos de renombre, como Jean Nouvel, Ricardo Bofill, Rem Koolhaas, Daniel Libeskind y Steven Holl. Pero la elección recayó en el proyecto de Eisenman. "Los edificios no aparecerían como edificios, sino como formas cortadas en la piedra, como piezas de la montaña", dice Eisenman. La propuesta fue, entonces, crear una "montaña mágica", donde las formas externas no muestren qué tienen adentro y el diseño impulse lecturas abiertas. LA ESTRATEGIA DE DISEÑO. La primera consigna en la que trabajó Eisenman para la Ciudad de la Cultura fue crear un diseño abierto y dinámico. El complejo arquitectónico debía reunir nuevas ideas filosóficas, artísticas y tecnológicas, dentro del contexto de la herencia cultural de Galicia y de la evolución hasta esta época.
¿Cuál fue la estrategia de diseño? Para transportar el núcleo histórico de Santiago de Compostela al Monte Gaiás, Eisenman trabajó con un mapa de las rutas principales de la ciudad antigua: transportó a un plano las líneas de las vías principales hacia la catedral y les superpuso una cuadrícula. "Fue como tomar una pieza de ADN urbano e inyectar el código genético de Santiago en el nuevo sitio", define.
El siguiente paso fue distorsionar el plano con la topografía de la montaña. "Si se toma un objeto con forma irregular y se empuja a través de una cuadrícula plana, las líneas de la cuadrícula se curvarán", explica el arquitecto, que proyectó también el Monumento del Holocausto, en Berlín.
El diagrama de tres dimensiones es la base para el ensamblaje de edificios y caminos, divididos por una plaza tipo arroyo. La Ciudad de la Cultura será excavada desde la parte alta de la montaña y el complejo será revestido con piedra de la zona.
Para que la totalidad del proyecto genere formas que resulten significativas, Eisenman trató las líneas curvadas como si fueran las formas que integran una ostra (símbolo de Santiago de Compostela). Así, el tejido urbano está compuesto por las figuras estriadas de los edificios y los espacios suaves que conforman las calles. "La topografía natural también sirve como el terreno estriado, cortado por caminos, que son figuras suaves", agrega.
UN SEXTETO DE JAZZ. La Ciudad de la Cultura ocupa 75 mil metros cuadrados. Los seis edificios que integran el complejo están divididos en tres pares, "como dúos de ritmos dentro de un sexteto de jazz".
De este modo, las construcciones se disponen en parejas de edificios: la biblioteca y la hemeroteca; el museo de historia y un centro de nuevas tecnologías; el teatro de la música y un edificio de administración y servicios centrales. Todos los edificios trabajan a partir de la misma estructura de base pero emergen uno encima del otro. Por eso, Eisenman hace una analogía con el contrapunto y la síncopa en el jazz.
Alrededor del sector construido, el autor proyectó un área de bosques y jardines autóctonos. Con esto, Eisenman intenta lograr una síntesis conceptual del proyecto que apunta también a exaltar la importancia de preservar el hábitat.
EL PROYECTO DE EISENMAN
Como una montaña mágica
El proyecto del estadounidense Peter Eisenman en Santiago de Compostela se inspira en la topografía de la zona. Es un enorme centro cultural de 75 mil metros cuadrados, con museos, auditorios y centros tecnológicos. Cuál fue la estrategia para diseñar el complejo arquitectónico.
PIEZAS DEL PAISAJE. LOS EDIFICIOS
PARECEN FORMAS CORTADAS EN LA PIEDRA,
CON LINEAS CURVADAS E IRREGULARES. Monte Gaiás —una colina de Santiago de Compostela, Galicia— se transformará en un grupo de edificios irregulares y curvilíneos, divididos por calles de pronunciada sinuosidad. Así puede vislumbrarse en las maquetas del proyecto conocido como la Ciudad de la Cultura de Galicia, creada por el arquitecto estadounidense Peter Eisenman.
Representa la herencia histórica del pasado y la Ciudad de la Cultura será un centro de comunicaciones donde convergen las tecnologías avanzadas con el arte.
De hecho, la sala de Conciertos Kursaal —de Rafael Moneo, en San Sebastián— y el Museo Guggenheim —de Frank Gehry, en Bilbao— funcionaron como antecedentes directos para la creación de la Ciudad de la Cultura. "Manuel Fraga, el presidente de Galicia, vio el impacto de esos proyectos y quiso que su ciudad progrese de una manera similar", cuenta Peter Eisenman.
El mérito del arquitecto consistió en la sagaz interpretación del programa propuesto para el concurso internacional que, en 1999, convocó el Departamento de Cultura, Comunicación Social y Turismo de la Junta de Galicia. Allí participaron otros arquitectos de renombre, como Jean Nouvel, Ricardo Bofill, Rem Koolhaas, Daniel Libeskind y Steven Holl. Pero la elección recayó en el proyecto de Eisenman.
"Los edificios no aparecerían como edificios, sino como formas cortadas en la piedra, como piezas de la montaña", dice Eisenman. La propuesta fue, entonces, crear una "montaña mágica", donde las formas externas no muestren qué tienen adentro y el diseño impulse lecturas abiertas.
LA ESTRATEGIA DE DISEÑO. La primera consigna en la que trabajó Eisenman para la Ciudad de la Cultura fue crear un diseño abierto y dinámico. El complejo arquitectónico debía reunir nuevas ideas filosóficas, artísticas y tecnológicas, dentro del contexto de la herencia cultural de Galicia y de la evolución hasta esta época.
¿Cuál fue la estrategia de diseño? Para transportar el núcleo histórico de Santiago de Compostela al Monte Gaiás, Eisenman trabajó con un mapa de las rutas principales de la ciudad antigua: transportó a un plano las líneas de las vías principales hacia la catedral y les superpuso una cuadrícula. "Fue como tomar una pieza de ADN urbano e inyectar el código genético de Santiago en el nuevo sitio", define.
El siguiente paso fue distorsionar el plano con la topografía de la montaña. "Si se toma un objeto con forma irregular y se empuja a través de una cuadrícula plana, las líneas de la cuadrícula se curvarán", explica el arquitecto, que proyectó también el Monumento del Holocausto, en Berlín.
El diagrama de tres dimensiones es la base para el ensamblaje de edificios y caminos, divididos por una plaza tipo arroyo. La Ciudad de la Cultura será excavada desde la parte alta de la montaña y el complejo será revestido con piedra de la zona.
Para que la totalidad del proyecto genere formas que resulten significativas, Eisenman trató las líneas curvadas como si fueran las formas que integran una ostra (símbolo de Santiago de Compostela). Así, el tejido urbano está compuesto por las figuras estriadas de los edificios y los espacios suaves que conforman las calles. "La topografía natural también sirve como el terreno estriado, cortado por caminos, que son figuras suaves", agrega.
UN SEXTETO DE JAZZ. La Ciudad de la Cultura ocupa 75 mil metros cuadrados. Los seis edificios que integran el complejo están divididos en tres pares, "como dúos de ritmos dentro de un sexteto de jazz".
De este modo, las construcciones se disponen en parejas de edificios: la biblioteca y la hemeroteca; el museo de historia y un centro de nuevas tecnologías; el teatro de la música y un edificio de administración y servicios centrales. Todos los edificios trabajan a partir de la misma estructura de base pero emergen uno encima del otro. Por eso, Eisenman hace una analogía con el contrapunto y la síncopa en el jazz.
Alrededor del sector construido, el autor proyectó un área de bosques y jardines autóctonos. Con esto, Eisenman intenta lograr una síntesis conceptual del proyecto que apunta también a exaltar la importancia de preservar el hábitat.